Mi abuela me enseñó a hacer ganchillo cuando era joven, pero lo tenía totalmente olvidado.
Este verano, he reaprendido los puntos básicos de esta técnica de tejer con lana.
Mi amiga Irene nos enseñó y, nos comentó que a ella hacer ganchillo le relaja mucho y que siempre lleva su bolsa de labores porque aprovecha cualquier momento para continuar tejiendo, y de paso se calma del afán del día.
Le tengo que dar la razón, gracias al ganchillo pude templar mi estancia en el hospital cuando operaron a mi madre.
Os presento una de mis labores, la intención era tejer un monedero pero se quedó en un macetero, para una pequeña maceta que tengo cerca de mi rincón de costura.
Mientras sueño que al final logramos cuidar nuestro planeta que agoniza porque no hemos sintonizado con la Naturaleza y hemos creído que somos más poderosos que ella.
Así queda mi lugar favorito, mi sueño de este año, una vida serena en sintonía con la Madre Naturaleza.
Un nuevo año para seguir creando.
Y que no falte la serenidad en este mundo tan crispado, tan irritado y violento.
Quizás sería bueno unas buenas dosis de crochet: relaja y serena el ánimo.
Con este trabajo, participo en el Reto mensual bloguero cuya anfitriona es
Mariela.
Todos los trabajos podéis verlos aquí: https://marielainspirhada.blogspot.com/2019/12/anfitriona-del-rmb-suena-y-crea.html